sábado, 16 de julio de 2011
Mi cumple
Esta entrada no tiene que ver con un libro en particular sino con muchos libros, desde los cuentos rusos y chinos que llenaron mis primeras lecturas -nada de Blancanieves ni Caperucitas rojas- hasta los que viajan conmigo en mi bolso, se apilan en mi mesa de noche y se amontonan en mi casa, que aunque algunos crean que está al borde de su capacidad para almacenar libros y música, con un poco de imaginación, seguro podrá albergar alrededor del doble de lo que ahora muestra orgullosa en todos sus rincones.
Cuando niña, la biblioteca de la casa no estaba vedada para nadie, los niños podíamos leer y ojear cuanto libro estuviera a nuestro alcance y si alguno no estaba a nuestro alcance, siempre había alguna escalera, taburete o sofá sobre los que encaramarnos para alcanzarlo. Es así como antes de cumplir los doce años había leído cientos de cuentos de todos los países, poesía de Neruda y Rubén Darío -algunas de las cuales todavía recuerdo de memoria- fantásticos cuentos y novelas de Charles Dickens y el casi olvidado "Raíces" de Alex Haley del que recuerdo con nitidez algunos pasajes y sigo pensando que es uno de los libros más apasionantes que he leído.
García Márquez e Isabel Allende fueron y siguen siendo -salvo ciertas "salidas de tono literarias" de ambos- mis favoritos, he leído casi todo lo que han escrito y creo que son lo más grande que ha producido la literatura latinoamericana. Libros como "Relato de un náufrago", "El amor en tiempos de cólera", "Del amor y otros demonios" y el fantástico "Cien años de soledad" de García Márquez, "La casa de los espíritus", "De amor y de sombra" y la inolvidable "Paula" de Isabel Allende son algunos de los mejores libros que he leído.
Hablando de literatura universal, Fedor Dostoievski, Leon Tolstoi, el fantástico Víctor Hugo, Alejandro Dumas, Máximo Gorki, entre otros muchos, se llevan la palma.
Mucho de lo que soy y de lo que pienso de la vida tiene que ver con lo que he leído: no he parado hasta encontrar la serenidad y la felicidad que muchos libros prometían a sus protagonistas y que negaban a otros, en algunas circunstancias y lugares creo que estoy viviendo un cuento y tiendo a interpretarlo casi todo teatralmente.
Otro de los efectos secundarios de toda una vida de lectura constante y atenta es la necesidad que siento por ponerle palabras a todo.
En esta entrada quiero ponerle palabras a la gratitud que siento por todas las personas que al recordar mi cumple no se lo pensaron ni un minuto y me regalaron eso: libros y más libros, en este cumple, como en muchos anteriores, no he recibido más que libros y os lo agradezco de todo corazón, a mi hermana Rocío que además de mandarme tantas cosas, incluyó "La barca sin pescador y "La dama del Alba", a Isa, Luis y mi pequeño y entrañable Ramoncete, que además de darme una de las sorpresas más bonitas que he recibido en la vida, me trajeron "For Whom the Bell Tolls" y "Une Gourmandise" y a mis compañeros de trabajo, a los que casi acabo de conocer y tan a su estilo me han regalado "Historias de microbios" del premio Nobel Arthur Kornberg y "Horizontes" un precioso libro de fotografía de los paisajes naturales más bonitos de España. Juanma me ha regalado tantos libros que no sé por cuál empezar...desde "Taxi" de Khaled al Khamisi, "Historias de Nueva York", "Atlas de Geografía Humana" de Almudena Grandes...etc. etc. etc.
No puedo dejar de recordar a mi padre que me inculcó este vicio y que me ha hecho un "regalo abierto" con el que compraré...libros! ni a mi madre, otro regalo abierto con el que compraré algún libro que me haga reír, porque sé que es lo que le gustaría a ella.
viernes, 15 de julio de 2011
Un nueve para “Todo está iluminado”
Metáfora del viaje: Todo el libro puede describirse como un viaje inesperado e intenso, sin paradas, viendo un mundo increíble pasar por la ventanilla a toda velocidad. A veces un poco más lento pero la mayoría del tiempo, a toda velocidad.
Todavía no he terminado de digerir este fantástico libro de Jonathan Safran Foer; han pasado ya varios días desde que terminamos de leerlo y todavía recuerdo pasajes hilarantes, tristísimos, increíbles, alucinantes...
“Con todo mi candor” son las palabras con las que el protagonista firma sus cartas y no hay otra palabra que describa mejor este libro que “candor”. El candor con el que Alex se enfrenta a la vida, el candor de su pequeño hermano, el del abuelo, el de la inolvidable Brod, el de Jonathan...
Se trata de una historia increíble entrelazada con una historia impresionante. Una de ellas, por su cercanía en el tiempo parece menos fantástica que la otra, pero al final ambas historias convergen en un roller coaster de emociones de las que uno no termina de recuperarse hasta varios días después de haber terminado el libro.
“Genio” es el calificativo que mejor se amolda a Safran Foer: sólo en una cabeza genial pudo haber nacido esta historia y sólo a una cabeza genial pudo habérsele ocurrido enlazarla con acontecimientos tan reales y tan “cercanos” a nosotros como una Guerra Mundial y la Ocupación Nazi.
Algunos miden los libros por lo que sienten mientras leen; yo los mido además por lo que aprendo de ellos y por lo que disfruto leyendo. En este caso, le pongo un 9 -el 10 de momento va sólo a "El Principito"- porque a lo largo del libro lloré de risa y de tristeza, se me encogió el corazón por la angustia y sobre todo porque disfruté muchísimo esos pocos días en los que devoramos el libro, porque no podíamos dejar de leer.
P.S. Esta "crítica" va dedicada a mi compañero de lectura, que me obliga a salir de mi "burbuja" de autores y de temáticas y me introduce en el mundo de libros que jamás compraría pero que resultan ser imprescindibles, como en el caso de "Todo está iluminado"
viernes, 1 de julio de 2011
Un 7 para "La Mancha Humana" de Philip Roth
Metáfora del viaje
Yo diría que se trata de un viaje en tren hacia un lugar desconocido pero del que se han escuchado maravillas: empecé el viaje con mucha ilusión –hacía tiempo que no encontraba un libro que me enganchara- continué con interés e incluso ansia por seguir leyendo y desvelando lo que me podía ofrecer, como cuando el viaje transcurre por lugares bonitos, pintorescos, divertidos, emocionantes…sobre la página 200 llegué a un lugar de paisaje lineal donde nada se movía y me entraron unas ganas enormes de llegar a puerto –en este caso de terminar el libro- y ya casi al final volví a encontrar algo de interés que me duró hasta la última página.
Al principio del libro, Roth insiste en que su historia va de “seres humanos estándar”, -la manera cómo habla del escándalo Clinton Lewinski es sólo un ejemplo de esta necesidad por humanizarlo todo, disculpando hasta la más inapropiada de las conductas- sin embargo, a lo largo de sus páginas nos encontramos con un puñado de personajes que han vivido experiencias tan intensas –todas malas- que se alejan a mi gusto de lo que puede definirse como un ser humano estándar, la conducta de alguno y los pensamientos de otros los convierte más bien en inhumanos, aunque sea por momentos.
Pero, ¿qué es una historia sin personajes raros y pintorescos? Y sin embargo, ¿tienen que ser todos tan raros y tan pintorescos?. Para esta historia en particular, parece que sí. Aunque hay momentos en que las descripciones de los diálogos de los personajes consigo mismos y el recuento de sus pensamientos parece que va a acabar con nuestra paciencia por lo larguísimos y enrevesadísimos que son, reconocemos en sus pequeñas y grandes contradicciones, en su manera de reaccionar, de pensar, de hablar consigo mismos, en la estrategia que han elegido para enfrentarse a la vida, trazos de lo que nosotros mismos nos decimos en la intimidad de nuestras solitarias cabezas cuando nos enfrentamos a situaciones similares, de modo que no es difícil sentirse identificado con alguno de los personajes en alguno de los pasajes del libro. Particularmente recuerdo un par de párrafos en los que me sentí perfectamente identificada con la francesísima Dra. Roux.
No voy a contaros de qué va el libro, para eso hay que leerlo y yo no lo recomendaría a todo el mundo, si bien a algunos os lo recomendaría fervientemente. Lo que sí diré es que se trata de muchas historias girando alrededor de la historia personal de un hombre muy oscuro –en todo el sentido del término, ya veréis los que lo leáis- cada una de las personas que aparecen en este relato, aunque sea de pasada, tiene una historia y una trayectoria vital alucinante, pero, ¿no tenemos todos historias y trayectorias vitales alucinantes? lo que pasa es que no las contamos.
¿Por qué un siete?
Vaya por delante que se trata de un siete personal y que esos puntitos que le faltan a este libro para llegar al 10 se los llevó la desesperación que me producían ciertos monólogos internos interminables, la utilización de un lenguaje soez y obsceno sin ninguna necesidad, pero sobre todo la necesidad del autor de justificarlo todo como si los seres humanos fuéramos víctimas de nuestras circunstancias y no señores de nuestras vidas.
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