miércoles, 31 de agosto de 2011

Hablando de leer varios libros a la vez...

Ahora mismo estoy leyendo cuatro libros: Cien años de soledad, Me llaman Rojo, Se una notte d'inverno un viaggiatore y La isla bajo el mar...espero que no me pase esto...

viernes, 26 de agosto de 2011

Vaya con Dublinesca!



Metáfora del viaje: leyendo este libro uno siente que va andando todo el tiempo solo por un calle cualquiera de una ciudad vieja, como Madrid o la Barcelona del libro, bajo la lluvia, con el frío metido en los huesos y en medio de un paisaje que tiene todas las tonalidades del gris, pero sólo eso, gris.
Tras leer la crítica de Dublinesca en algunas páginas de Internet, casi no me atrevo a escribir la mía…y es que la que califican como la mejor novela de Vila-Matas no llegó a entusiasmarme demasiado.
La inmensa angustia y tristeza que me ocasionó pensar en un hombre que más que un Hikikomori* era un pobre ser humano deprimido y esquizofrénico que no tenía nada en la vida ya que todas las personas que lo rodeaban, incluida su mujer,  sus padres y muy especialmente sus amigos, tenían una vida, en el sentido de la expresión anglosajona “to have a life”, y compartían con él pequeños fragmentos de tiempo en los que unos y otros le cedían unos minutos o unas horas como quien por caridad y a desgana regala migajas de su precioso tiempo a un niño o a una persona acabada, como estaba el pobrecito Riba, esa angustia no termina de verse compensada por las brillantes críticas literarias y por los repetidos guiños al Ulises que lo acercan un poco y lo hacen algo más inteligible.
Tras leer la crítica entiendo que se trata para muchos de un libro genial por lo que opto aquí por decir simple pero definitivamente que  no es mi estilo de libro.  Al acercarme al Riba-persona, sufrí  tanto pensando en un hombre tan absolutamente solo, enfermo y definitivamente acabado, que todo lo demás, lo que enriquece el libro y lo hace único, pasó para mí a un segundo plano.  La sensación de estar ante una persona verdaderamente sola, como sólo puede estar solo Riba, que no se encuentra solo únicamente porque no tiene nadie a su lado sino además y peor aún porque no sabe estar solo, no está a gusto consigo mismo y no consigue encontrar nada que le entusiasme y le traiga de vuelta a la vida debido precisamente a que no lo está buscando; esa sensación es la que acabó con mi capacidad para apreciar todo lo que aparentemente era el centro y el núcleo del libro.
Lo siento, como dice mi hermana Rocío, tengo corazón de azúcar y me fue imposible disfrutar de las fugaces y no tan fugaces genialidades literarias y demás guiños porque estaba ocupada sufriendo por Riba y deseando con todas mis fuerzas que su suerte cambiara.
Yo le pongo un 6 pero a decir de la crítica es un libro que hay que leer, así que animaros y si os gusta, no dejéis de comentarlo conmigo...yo también quiero que me guste.
*Quien quiera saber lo que es un Hikikomori que lea el libro